sábado, 28 de febrero de 2009

No sé cómo terminé aquí

Este blog no es una aparición, es algo real. Y no quedan muchas cosas reales en estos días. No sé cómo terminé aquí. No fue por alcohol, de eso pueden estar seguros. Estoy sobrio. Estoy sobrio. Estoy sobrio. Lo siento, debía repetirlo unas cuantas veces para que no quedara la menor duda. Debo reconocer que hoy descubrí la palabra que da nombre a este blog: El Clochel.
Clochel. (Del fr. clocher, de cloche, campana.) m. ant. campanario, lugar donde se colocan las campanas.
Y la descubrí no por casualidad. Desde el preciso instante en el que sentí la necesidad física de parir un blog me dispuse a conseguir un diccionario. Existe un juego. Un juego curioso. Consiste en tomar un libro, hacer una pregunta y, finalmente, abrir una página cualquiera en busca de la respuesta. Este juego es cosa seria. Ha salvado vidas. Así fue como encontré esta palabra. Y no hice trampa en el juego. Por que muchas veces ocurre que no me gusta la primera respuesta a la pregunta y, bajo cualquier excusa barata, me engaño a mi mismo buscando la respuesta en una página mucho más sabia o amable. Imagino que para este momento ya todos sabrán cuál fue la pregunta que le hice al diccionario.
No tengo un objetivo con este blog. Quizá se consuma solo con el paso del tiempo. Y cuando digo "con el paso del tiempo", en realidad quiero decir cuando inicie el nuevo semestre. Por ahora, sólo me sirve para escapar de la sabrosa e impaciente monotonía de los días de ausencia y de espera.
En las primeras lineas dije que son pocas las cosas reales que quedan. Espero poder hacer de esto algo real, aunque me contradiga con la carencia de objetivo del blog. Pues ¡EUREKA! Si tiene un objetivo después de todo. Penetrar los muros, bajar y subir las escaleras, y encontrar algo que, después de todo, sea real.
Acabo de volver a jugar. Esta vez con un libro prestado. Obra poética de Juan Sánchez Peláez. Encontré algo. Un poema pertinente para terminar estas lineas inconexas que sirven de plataforma para las palabras. Sin más
YO NO SERÉ
Yo no seré explícito o enigmático o tú no serás la rosa
en fuga o la piedra dura qué locura
del hoy de mi ayer que en mi mañana a menudo hora tras
hora o sea esta noche
se apagan los miembros del diamante en los ojos de mi
amante
topo una gruta impenetrable
abro mi abecedario ovillo para que en mi ademán se
filtre la luz
y cual nos viéramos mi dama y yo yendo de paseo
buzos reclusos qué ebriedad qué risa
y la arena frágil del corazón
la redonda manzana en el agua de nuestros labios.
Aquí escucharé campanas.
Aquí guardaré campanas.