miércoles, 25 de mayo de 2016

No me gusta el cereal con leche. O una selfie honesta.

No me gusta el cereal con leche. Me sirvo la leche en una taza aparte. No me gusta que se ponga suave el cereal. Parece que es una rareza de mi parte. Me preocupa pensar que estoy perdiendo el sentido del humor. Soy mucho más pacato de lo que pensaba. Descubrí que no me gustan los animales, o al menos no me gusta convivir con ellos. Pensé que eso me hacía una mala persona pero qué coño le voy a hacer. No quiero comprarlos y mucho menos adoptarlos, no me importa cuán de moda esté. Pierdo la paciencia muy rápido. Cada vez más. Estoy trabajando en eso. El diccionario acaba de corregir más por "mad" y recordé cuánto odié Mad Max, sin importar que haya sido el evento cinematográfico del año. Estoy escribiendo esto mientras me como un cereal que aún se mantiene perfectamente crujiente. Y bebí leche. Aparte. Y acabo de pensar que estoy escribiendo esto "por qué sí" y pienso que es un texto estúpido que quizás no sirva para nada. Y justo después pensé que puede servir como excusa para re-abrir mi blog. Si estás leyendo esto en mi blog es que no me arrepentí y decidí publicar esta necedad. Ojalá no se me pase la fiebre. Desde hace rato tengo esta obsesión de escribir, pero nunca sé sobre qué. Quiero tener una columna como Carrie Bradshaw y después me veo desde afuera pensando en eso y me siento bastante ridículo. Una vez, haciendo ejercicios de actuación, me toco uno donde debía decir en voz alta lo primero que me fuera pasando por la cabeza de manera continua. Lo paradójico del ejercicio es que la idea era tratar de "no pensar" o no racionalizar. Creo que esto es lo más cercano que he logrado al respecto. Escupir en palabras las divagaciones amargadas de mis pensamientos. Me acaban de sonar las tripas. Voy a seguir comiendo mi cereal que todavía sigue crujiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario